Tumbada
tras la losa del cerebro
timbal
de la batalla de las horas
entre
el delirio brutal de las formas
espera
la humildad un signo incierto.
Ola
tras ola fragmentada en hombre,
hombre
tras hombre fragmentado en carne,
carne
tras carne fragmentada en hambre
hasta
llenar el universo enorme.
Natural
ambición de ser yo mismo,
locura
natural de amar vivir
deseo
insano de jamás morir
para
no ver que todo horrible fin
acaba
en abandono de uno mismo
sereno,
dulce, plácido infinito.