Avaaz.org
es sin duda ya el sucesor del frustrado movimiento mundial de los Indignados.
Avaaz.org, una organización independiente, mundial y sin fines de lucro,
actualmente con casi 33 millones de miembros en el planeta (equivalente a la
población, por ejemplo, de Canadá), es el movimiento democrático y social más auténtico,
eficaz y poderoso de la historia humana. Al igual que los Indignados, pero
también con marcadas diferencias, su propósito es acoger las preocupaciones y
el interés de cualquier habitante del planeta por actuar e intervenir en la
toma de decisiones y en los hechos relevantes para las distintas comunidades nacionales
e internacionales.
Algunas
de las ventajas respecto del movimiento de los Indignados del Mundo es que con
Avaaz no estamos frente a un movimiento con métodos confrontacionales; no posee
un ideario ideologizado y doctrinal; carece de compromiso vital y riesgo físico
de sus activistas; posee una alta difusión gracias a su utilización de las
redes sociales; posee una estructura organizacional de gran flexibilidad y
variedad de recursos;
su organización es en todos los aspectos muy eficiente a nivel mundial; los
propósitos y campañas se crean a partir de una alta aprobación de sus miembros y por iniciativa
de cualquiera de sus miembros, de modo que representa una organización
democrática más consistente que ninguna otra institución democrática en el
mundo. Todas estas características y procedimientos, además de otras, hacen de
Avaaz una organización altamente eficiente y cada vez más determinante y
gestionante en las políticas mundiales y en todos los eventos que importan a la
comunidad humana del planeta.
Recientemente
un hecho quizás de escasa relevancia política y de poca repercusión para la
vida de las grandes comunidades humanas ha producido, a mi modo de ver, un
cambio e hito histórico para la humanidad. En Marruecos acaba de ser derogado
el Artículo 475 del Código Penal, que permite que los violadores se libren de
su castigo casándose con sus víctimas cuando son menores. Emol, un diario digital
de amplia difusión y prestigio en Chile, menciona vagamente que una
organización internacional de activistas presionó al Parlamento marroquí para que
esta derogación al menos fuese votada.
Avaaz había realizado esta campaña exitosamente como se puede constatar en el
siguiente link: http://www.avaaz.org/es/forced_to_marry_her_rapist_f/?bTZIsbb&v=34023
. Esta campaña se había originado por el hecho de que la joven de 16 años,
Amina Filali, había sido violada, golpeada y obligada a casarse con su
violador, lo que motivó su decisión de suicidarse, porque fue la única manera
que encontró para escapar de las leyes marroquíes y de su marido. La comunidad
mundial se horrorizó con este hecho y ciertamente se vio representada por la
reacción de los miembros de Avaaz, que dieron su apoyo a esta campaña,
reuniendo un millón doscientas mil firmas antes de la votación de la ley en el
Parlamento marroquí, el cual en su mayoría pretendía seguir validando esta salvaje
práctica.
La
trascendencia de este hecho, que califico de histórica, posee varias
dimensiones, si bien por ahora quiero detenerme en dos aspectos capitales.
Primero, la comunidad planetaria, a través de la representación democrática y
mundial de Avaaz, estableció con claridad y decisión histórica no sólo el
rechazo al trato humillante y antihumano de las jóvenes mujeres marroquíes
violadas, sino que la comunidad humana definió y demostró que no aceptará atrocidad
alguna que implique la humillación y el daño de cualquier tipo, ocasionado por
la desigualdad de género que se ha evidenciado en el muchas veces injusto trato
del hombre a la mujer a través de la historia humana, y todavía presente en
muchas comunidades del mundo. Esta vez la comunidad planetaria no sólo expresó
su opinión, sino que además la hizo valer. Esta vez primó la conciencia de
humanidad por sobre las conciencias individuales y grupales. Esta vez se
demostró que el poder real no se encuentra sólo en manos de políticos, de representantes,
de grupos con visiones parciales e interesadas, sino de la conciencia de la población
real y unificada del mundo.
Este
es el segundo aspecto que quiero destacar. Por primera vez en la historia
humana se ha formado y demostrado que existe una comunidad global, real, nueva,
poderosa, conciente colectivamente, democrática y representativa con un elevado
sentido de humanidad, con una amplia representatividad –no me cabe duda que
Avaaz continuará creciendo mientras siga actuando de esta manera--, con un
fundamento claro y explícito que dificulta los sesgos y las futuras distorsiones
de cualquier tipo en este movimiento. Avaaz ha demostrado inicialmente, en lo
más relevante, que en verdad puede llegar a existir un gobierno planetario verdaderamente
democrático que esté moral y representativamente por encima de todos los
gobiernos y países locales. Un gobierno pacífico, un gobierno de verdadero
progreso y bienestar para todos los seres humanos. Un supragobierno tolerante, reflexivo y crítico, solidario, y que, por
sobre todo, trate de activar las mejores cualidades de conciencia de la
humanidad.
Quizás
parezca que estoy en un estado de exaltación maníaca, en una especie de
panegírico fanático a una institución humana más, pero no lo estoy. Las pruebas
son irrefutables. Quien tenga la menor duda o quiera enterarse de qué es
realmente Avaaz y qué ha hecho hasta ahora, no tiene más que navegar en la red
e informarse… Entonces
comprenderá que no podría estar escribiendo de otra forma, porque quizás es la
humanidad misma la que está en este estado de exaltación maníaca y superior…
¡Por fin!... Es verdad que tras las fachadas organizacionales, los textos e
incluso los actos, existen personas que bien pueden sostener segundas
intenciones. Si Avaaz acaba demostrando que no es lo suficientemente
representativa de la conciencia colectiva de la humanidad, al menos habrá
demostrado históricamente que esta conciencia globalizada, esta mente colectiva
sí existe, y que manifiesta elevadas intenciones éticas y de conciencia frente
a los mismos hechos humanos y planetarios. Avaaz ha demostrado que se está
desarrollando una conciencia humana superior y que puede llegar a gobernar de
hecho el mundo.
Perdón
por la expresión, pero considero que nunca en la historia humana se habían
reunido y actuado sincronizada y coherentemente de una forma tan humana,
tantos seres humanos. Este Avaaz no es un grito de esperanza de la humanidad;
es, en realidad, la certificación, la prueba irrefutable de que la humanidad ha
entrado definitivamente en una fase evolutiva superior…